Intervenciones en África (Angola, Mozambique, Etiopía)
HACE CIEN AÑOS, en 1885, las grandes potencias europeas y algunos países americanos se reunieron para
resolver sus contradicciones internas y formular los fundamentos jurídicos de sus intervenciones en África. E n dicha reunión, conocida como la Conferencia de Berlín, tuvo lugar la repartición de África.
Estamos en 1988. Cien años después de esta conferencia,
África continúa siendo el objeto de las decisiones de esas mismas grandes potencias y de otras que han nacido en el curso de este siglo.
Los negros de Sudáfrica son considerados aún como extranjeros o inmigrados en el territorio de sus ancestros. Según los periódicos pertenecientes a esas mismas grandes potencias, por lo menos un negro es asesinado cada día en Sudáfrica.
Una gran parte de África se encuentra asolada por una situación catastrófica: la hambruna. Los africanos recuerdan, al igual que los expertos de esas mismas gran
des potencias, que África, siempre autosuficiente en materia alimentaria, no había conocido nunca tal situación.
Hace veintiocho años que la mayoría de los países de África obtuvo su independencia. Sin embargo, ya se han producido más de cincuenta golpes de Estado,
centenares de asesinatos y ejecuciones, crímenes de carácter político y numerosas guerras entre países vecinos. Al lado de estos dramas, el estancamiento económico a menudo acompaña a una terrible degradación de las condiciones de existencia de las poblaciones.
U n siglo después de la Conferencia de Berlín, surgen en África varios estados y pequeñas repúblicas en las cuales, y entre los cuales, se puede seguir desarrollando el juego de las grandes potencias.
Si no se hace un esfuerzo de reflexión respecto de este panorama, se puede concluir rápidamente tal como lo han hecho algunos periodistas europeos y norteamericanos que
la situación está ligada a la naturaleza de los africanos: se trata de gente que no está preparada para gobernarse, que vuelve a sus costumbres salvajes, a las guerras tribales, etc.
Pero un esfuerzo de reflexión y al comparar esta situación con la de los otros continentes, en particular con Europa, permite llegar a un conclusión diferente a la de los periodistas y de algunos investigadores y expertos.
Si nos remontamos rápidamente a la historia de Europa la cual ha impuesto por todos los medios su civilización al resto de los continentes-, se percibe que los acontecimientos, bajo formas diferentes, han ocurrido de la misma manera. La única diferencia con África reside en el hecho de que la marcha de la historia original africana ha sido desviada y se ha visto complicada por factores externos. Casi todo el mundo interviene en los asuntos de África y esto ocurre desde hace siglos.
Europa conoció grandes periodos de hambruna;
Experimentó la guerra de los Cien Años -que habría de reforzar a algunos estados- y sufrió las grandes revueltas de 1848, que cuestionaron la validez de la existencia de ciertos estados, sobre todo en Europa central; la unidad de algunos estados, como Italia, es reciente; Europa ha conocido las dos grandes guerras mundiales, que tuvieron su origen en ella misma y de las cuales fue la actriz principal. Sin embargo, fue durante la Segunda Guerra Mundial cuando Europa y Occidente mostraron ante los ojos del mundo la mejor de las civilizaciones jamás conocida. Me refiero a la civilización de los campos de concentración, que habría de consagrarse en Hiroshima, con hermosos fuegos artificiales dignos de semejante civilización. Tampoco hay que olvidar la otra civilización europea, la que podría
denominarse "civilización de los goulags"
Intervenciones militares directas. Muchos de los países africanos obtuvieron su independencia entre 1956 y 1960, a raíz de numerosos acontecimientos sangrientos que se produjeron en todo el continente. Así, es necesario recordar:
-Las sangrientas revueltas acaecidas entre el 10 de enero y el 10 de febrero en Marruecos.
- La masacre cometida por el ejército francés en Argelia el 8 de mayo de 1945, que dejó un saldo de 50 000 muertos.
-Más de 80 000 muertos en Madagascar en 1947.
-Los disparos de la policía inglesa contra una manifestación realizada por los antiguos combatientes en Accra, en
Ghana.
- El inicio de la guerra de los Mau-Mau, en Kenia, en 1952.
- La revuelta campesina en Kano, Nigeria, en 1953.
- El estallido en la República Centroafricana de una re-
vuelta popular conocida como la Guerra de los Guijarros, en
1956.
- El comienzo de la guerrilla en Camerún, en 1954, etcétera.
No hay que olvidar la formación de los partidos y de los
sindicatos africanos, como por ejemplo el RDA (Reunión Democrática Africana), el PAI (Partido de la Independencia), la Unión de los Trabajadores Africanos, y otros. En 1960 se consagrará la independencia de la mayoría de los países africanos. E n efecto, aunque algunos países como Marruecos, Túnez , Sudán, Ghana, etc., obtuvieron su independencia a partir de 1956, fue necesario esperar hasta 1960 para que diecisiete países anglófonos y francófonos obtuvieran su independencia. E l resto de los países habría de lograrla
posteriormente.
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